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En apariencia no hay nada
extraño en tu hijo. Es un niño completamente “normal”, en el sentido de que le
gusta jugar, no es precisamente tímido, aunque tampoco muy extrovertido y jamás
has notado en él algún comportamiento violento o depresivo. Por lo
tanto, cuando la maestra te pregunta por qué siempre está solo a la hora del
recreo, las luces rojas comienzan a parpadear como señal de que algo anda mal.
Para que tu hijo pueda
adaptarse a un grupo y desenvolverse en un ambiente determinado, necesita
conocer sus derechos y deberes, para así respetar los de los demás. Esto
quiere decir que él necesita moldear su carácter de tal manera que
“hará suyas” una serie de normas de conducta.
Antes de los tres años es poco probable
que tu hijo pueda hacerlo, pues en ese momento de su desarrollo, un niño
únicamente piensa en él y en sus necesidades. Las cosas cambian radicalmente a
los cuatro, cuando sentirá la necesidad de formar grupos con niños de su edad y
podrá definir mejor su personalidad con respecto a los otros.
Al llegar a esa edad, que
coincide para la mayor parte de los niños con el ingreso al
kinder,
los padres debemos preguntarnos no sólo por su comportamiento, sino también por
el nuestro, ya que la casa funciona como el lugar donde se practican los
códigos de conducta que usaremos en el mundo exterior. Por ello, es necesario
que consideres los siguientes factores, que tienen que ver con él y su
desarrollo, y aquellos que pueden influir en este proceso como son la relación
que lleva con sus padres, su rol dentro de la familia, etcétera.
- Es hijo único. Los
niños que tienen hermanos generalmente están más habituados a interactuar
con la gente, ya que sus familias suelen ser grandes y entonces, de manera
natural, se incorporan en las diversas actividades que ésta realiza. Con
esto no te queremos decir que debes correr a darle un hermano, sin
embargo, puedes sustituirlo llevándolo a jugar al parque, por ejemplo,
para que se acostumbre a interactuar con otros niños en lugares distintos,
no solamente en la escuela - Es tímido. Si
siempre le ha costado relacionarse con las demás personas, debes averiguar
cuál es el motivo de su timidez. Ésta se considera algo completamente
natural cuando reacciona de modo reservado únicamente con extraños, pero
una vez que forma un lazo con otra persona, sea niño o adulto, establece
rápidamente un vínculo e interactúa con ella sin mayores problemas - Le gusta estar solo. En
este caso, nos referimos a aquellos niños que son huraños y que
probablemente se sienten más cómodos estando apartados del resto de sus
compañeros. Si tu hijo se halla en esta situación, lo primero que debes
hacer es averiguar por qué evade el convivir con otros niños. Esto puede
deberse a varias circunstancias, desde que está siendo víctima de bullying, hasta la
existencia de problemas en casa que él no entiende y no sabe manejar
Guía rápida para hacer
amigos
- Habla con tu hijo y trata de
conocerlo. No es suficiente que llegue con
una estrella en la frente y te diga que todo está bien. Intenta conversar
con él, saber cómo estuvo su día y escúchalo antes de reprocharle que no
hizo algo en la forma que consideras correcta - Prepáralo para enfrentar cualquier
cambio. Esto aplica desde una
mudanza, hasta un divorcio, y lo más importante en este caso, es evitar
mentirles. Los niños son más perceptivos de lo que imaginamos y al
ocultarles información, los hacemos sentir excluidos. Con esto, no
queremos decir que los conviertas en tus confidentes, pero sí procura
explicarles de modo sencillo, sin mucho detalle, qué es lo que está
pasando y cómo les afecta - Evita sobreprotegerlo,
imponerle expectativas muy altas y confundirlo con tu actitud. Antes que
otra cosa, como padres debemos ser coherentes, así que no podemos exigirle
a nuestros hijos que sean niños modelo, que jamás se raspen una rodilla ni
rompan una ventana, mucho menos, la misma “excelencia académica” que
tuvimos nosotros durante la infancia, o decirles que salgan y tengan
amigos, cuando como papás, apenas nos comunicamos entre nosotros
Agradecemos a la
psicóloga y terapeuta familiar Norma Patricia Hernández de la Cruz la ayuda
proporcionada para la elaboración de este artículo, puedes contactarla en betfagess@hotmail.com.